viernes, 18 de marzo de 2011

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Me acabo de atascar buenamente (como se puede comprobar con los cuadernos)
Dibujo encima de dibujos, y vuelvo a dibujarlos otra vez, o tengo un trastorno en la cabeza
o realmente estoy forzándome a no comprar otro cuaderno porque no quiero alargar mas el
proceso.
Tengo muchas ideas sobre la mesa,
a cada vez que elijo una, la otra me falta.
Y siento que no son compatibles como para jugar con todas a la vez.
La principal razón es que no sé si representar o no representar a la muerte.
Segunda razón es que no sé si centrarme estrictamente en el texto o irme de madre.

Representar a la muerte me gusta porque me introduzco en un mundo muy subrealista
en el que puedo jugar con la abstracción (muerte como una mancha oscura), puedo utilizar el
humor (humanizando a la muerte, mostrando su debilidad através de escenas donde puede
verse la vulnerabilidad o el carácter de la muerte), puedo filosofar sobre qué es la muerte
(representando a la muerte como una doble de la viejita, o una versión algo diferente
representada como el contorno de la vieja, o como la silueta de la vieja...), puedo representar
a la muerte como algo muy familiar (si la muerte es ella misma, o reflejada, o su sombra,
o incluso una hermana gemela o una amante o un marido). Me gusta porque lo considero
atrevido hacer una ilustración sobre la muerte y porque puedo aportar algo al imaginario
que representa la muerte.

No representar a la muerte me gusta porque es justo la ausencia lo que la define,
porque puedo utilizar imágenes que siendo muy cotidianas al estar emparejadas con el
texto tienen un sentido mas sutil, porque no defino a la muerte como algo físico sino psicológico.
Porque puedo utilizar un plano subjetivo de la muerte (aunque esto tambien podría utilizarlo
si represento a la muerte), en el que los personajes miran directamente a la muerte, al lector
en primera persona.
Porque puede mantener la tensión y la curiosidad de encontrar la muerte en la ilustración.

En los últimos días descarté la idea de representar a la muerte como algo extraordinario
(pese a que me divierte bastante la idea).
Si represento a la muerte, la representaría como a otra vieja, igual o con algunos detalles distintos.
Si no la represento me da miedo de que no se entienda nada, pero no representándola se
mantendrá vigente, y será no solo mi visión de la muerte, sera la muerte en general.

Después entra en cuestión:
si no es representada es porque no se ve, o porque realmente no está en la escena.
Es esto importante?

Por otro lado me pregunto si necesito un hilo entre todas las ilustraciones, un proyecto,
algo que quiero contar con todo esto. Me pregunto si eso que quiero contar, ya lo estoy
contando sin tener que pensar en ello o tengo que encontrarlo. A veces las ilustraciones
me parecen vacías y siento que olvidé porque las hice.
Necesito saber lo que quiero contar concretamente?
Está idea me trastorna bastante.

De que cosas quiero hablar:
de la muerte de la tradición,
de la aceptación de la muerte,
de sentir la vida como una misión,
del subrealismo de la muerte,
de cómo somos curiosos con la muerte
....

Otras preguntas son:
- qué pintan los ninhos en todo esto?
- No ilustrarlos hace el libro muy oscuro?
- ilustrarlos dice algo?
- cómo puedo utilizar los dulces a mi favor?
...

Este primer storyboard es uno de los que me siguen atrayendo todavía.
Aquí no está representada la muerte. Pero no me convencen los primeros planos
de la vieja, y las ilustraciones con los ninhos parecen estar un poco alejadas del resto.

1 comentario:

  1. Es un regalo poder conocer tu proceso de creación. Gracias de corazón por compartirlo.

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